Nephilim

Bien, señores. Hacía un buen tiempo que no saludaba de esa manera. También desde la última vez que publiqué un texto que no fuera una ficción. Pues bien, el tiempo lo amerita. Hoy es día de "Nephilim". "¿Qué es eso, joder, Zack, ¡no te inventes cosas!" No, no, no. Descuiden, la palabra existe. Nephilim es una palabra que aparece en la Biblia. Según ésta, los Nephilim eran gigantes célebres, hijos de los hijos de Dios con las hijas de los hombres. Cosa rara, ¿no? Pero vamos, el relato esta vez no va tanto por ese lado, o tal vez sí... Denle un vistazo [ D; ]


.+.+.+.+.+.+. Nephilim.+.+.+.+.+.+.

El camino hasta ahora ha sido arduo. La ansiedad se ha convertido en el elemento más mortífero que haya conocido para un viaje, y sin embargo, en un estado ya harto común para mí. Tal vez me convierta en la próxima víctima mortal del aburrimiento. Pero ya estoy muy cerca. Logro ver a lo lejos aquel edificio gigante, mi destino, pero más el suyo… Su imponencia me hace sentir mínimo, una hormiga en una caja de arena llamada Tierra; y siento un miedo inexplicable  al tiempo que crece mi asombro.


Ella está ahí, debería aliviarme, pero si es también una hormiga más, tan pequeña, ¿podremos los dos con el universo, solos?

La construcción que veo a lo lejos es enorme, pero en realidad pequeña; la distancia disminuye su enormismo para que quepa en la palma de mi mano. ¿Está tan lejos? Por alguna razón, me consuela no estar tan cerca. Comienzo a conformarme con el juguete sobre mi mano. Tan frágil… Pero si yo soy una hormiga, ¿qué será ella entonces? Me siento sucio. Cerrar mi mano la mataría, tal vez. Deshago el hechizo y me aparto de la ventana. Allá está ella. Quiso estar allí y pudo cumplirlo pronto; su sueño, más que el mío. La gran ciudad, la ciudad sin nombre de ciudad, un edificio. Yo solo la sigo. Qué tendrá de bueno ese frío gigante. He venido, voy hacia allá para buscarla.

Aquel gigante debería crecer, intimidar a los viajantes del tren con su grandeza, demostrarles a los osados que no cabría en la mano de un dios. No lo hace, y aún así siento cada vez que estamos más cerca. ¿Sentirá ella lo mismo aun sin saber de mi llegada? Tiendo a creer que sí, que alguna especie de magnetismo nos enlaza, que se hace cada vez más fuerte o insoportable, ¿será que me hago yo más débil?

Próxima estación: Edificio Nephilim

Las puertas se abrieron y la suspicacia aumentó en él. La estación se encontraba bastante elevada y desde ahí arriba no se veía al coloso más cerca que hasta hace algunos minutos. Parecía que una niebla le impedía observarlo. Salió entre la multitud y se encontró con la ciudad. “Solo vine por ella”, pero y ¿dónde quedó el edificio? Desde allí abajo no le era posible ver nada. Solo la ciudad. Una ciudad sin nombre o tal vez de nombre olvidado. ¿Era tan importante ese edificio?, ni siquiera podía verlo. Se encontraba aún lejano; antes cabía en la palma de su mano, ahora parecía no caber siquiera en su campo visual. “Tal vez sea la noche”, se dijo y así lo aceptó. Extrañamente, comenzó a sentirse aún más atraído por lo que buscaba. Ella se encontraba ahora más cerca. No sabía dónde exactamente, pero la ansiedad lo invadió de pronto y echó a correr.

Sus pasos resonaban sobre la ciudad. Paso tras paso, lo único en lo que pensaba era en  encontrarla. La sentía tan cerca que era imposible para él escapar de ese pensamiento.

Pronto se daría cuenta de lo que era parte, que corría sobre una construcción única, que todo a su alrededor estaba unido, y que aquello por lo que viajó se había disuelto allí, al igual que él mismo.

.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.
Bien, bien. Sí, esta vez ha sido algo corto. Gracias por leer.

0 comentarios:

Publicar un comentario