Hoy, hace un año, una pequeña noticia llegaba a nosotros como una gran pérdida. Esto se supone que sea un texto en memoria de Anónimo Conocido, amigo y miembro de este blog de ficciones, fallecido en agosto de 2012. Uno de los iniciadores, quizá hasta le debemos el nombre... Como decía, este desordenado texto se supone un llamado a la nostalgia, pero no es nuestro estilo aquí ser tan nostálgicos ni ceremoniosos. No vamos a obligarlos a conocerlo, ni vamos a obligarnos a recordarlo tampoco. Es aún más simple y extraño: no necesitamos forzar la memoria, porque se encuentra vívido en ellas. Y tenemos un aprecio grande por su participación aquí y las cosas que aprendimos juntos el tiempo que pudimos conocerlo. Esto no es un texto para él, porque no está aquí y no hay forma de que pueda leerlo. Es simplemente una muestra de que es importante. Una muestra para ustedes y también para nosotros, para darnos cuenta de que lo recordamos, de que estamos vivos y podemos seguir nuestro camino, y de que formó parte de nuestras vidas, por más mínimo que pueda llegar a resultar. Esto es una muestra de que Errror de Imprenta se construyó junto con él. Esto es una muestra de humildad y, quizá sea difícil decirlo, pero... tal vez, sin que nos diéramos cuenta, la nostalgia se haya escurrido por aquí.
Es todo. Hasta el próximo post.
Pd.: Para aquellos que quieran leer algo suyo, aquí uno de sus mejores textos en el blog.
Sobre Anónimo Conocido
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Zack Zala
«Lo conocí en un sueño, ambos éramos jóvenes... Zack tenía una visión. Atribuyendo la existencia del mundo a una gran energía cósmica, capturar a todos los espíritus andinos del Perú. Había seguido los caminos a través de las líneas de Nazca en sus sueños. Le contaron historias, mitos sobre la creación según esos espíritus, que eran tan creadores del mundo como todos los demás...» - Liàre J. A.
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