Esto se trata sobre Laika y el Sputnik, aunque en realidad es más como Relatos de la Vida de algún adolescente inexistente. (¡Rima!)
Laika parecía feliz
Ella era algo dura. Algo difícil de encontrar; ella estaba
donde nadie más estaba. Ella era, de alguna forma, como Laika en el Sputnik 2,
varada en el espacio, mirando a la tierra o a la nada, pero nunca estando en
algún lugar fijo. Era, a veces, un mito.
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Cada vez que la recuerdo, recuerdo a un cielo gris. En
realidad es un cielo oscuro, porque la asocio con la noche y con la música de
alguna banda nueva en algún tocada
y de las mismas que iban golpe tras golpe en
la búsqueda de la música como profesión. Hay olor a alcohol y a cigarros.
Siempre estaba el ajetreo de la gente, todos esperando a escuchar a la misma
banda una y otra vez. La misma banda que intentaba ser
algo que posiblemente jamás lograrían. Tengo la sensación de que el guitarrista
de esa banda me había hablado un par de veces, tal vez se llamaba Alejandro,
aunque no podría estar seguro. Era moreno y tenía una especie de afro, quería
parecerse a Slash y le tiraban mucha mierda por eso.
Es posible que fuera uno de los pocos que estaba ahí sin un
interés tácito por la música. Lo mío iba más por el ambiente.
— Raro verte por aquí.
— Raro verte por aquí.
Lo mío, era más por la ligera tiniebla que se contrasta con
las luces. El sonido que se envuelve en un silencio mientras el bajo suena
potente, mientras la guitarra chilla y la batería estremece. Mientras alguien
canta un poema o algo que le gustaría que fuera un poema.
—No seas pendejo. Estás aquí por ella, ¿tú crees que no se
nota?
Lo mío, en una soledad solo quebrantada por algún empujón,
un silencio quebrantado solo por alguna voz conocida, lo mío era amor por un
lugar que no era como cualquier otro lugar. Una escena que se creaba en cierto
momento y que perduraba segundos… minutos. Horas.
— Mira, yo conozco a alguien, bueno, conocí a este pana el
otro día, que la conoce.
Estar entre la gente, como un conjunto, aunque cada uno es
único, cada uno estando y disfrutando de ellos mismos por razones diferentes.
—¡Hey, despierta, fucker!
— ¿Qué coño quieres? Estoy aquí, relajado, ya va a empezar
esto…
—Tú me tienes que creer pendejo. Hace un mes me decías “yo
nunca vendré a un toque, eso es para gays, un montón de bandas amateurs” y
ahora estás aquí, embelesado en la nada por una chica que no ha llegado.
—¿De qué mierda me hablas? Yo nunca te dije eso… — Y luego
están los conocidos, que creen conocerte. Creen que un lago es solo el reflejo
de Selene y sus nubes oscuras, que creen que un lago carece de la profundidad
de un océano—. Como el monstruo del lago Ness.
—¿Hello? ¿Estás aquí? Mierda, tu siempre estás como drogadísimo.
— No, ahora deja de insinuar que vengo aquí a ligar o no sé
a qué. Dude, te vas mucho por las ramas.
—¿Yo? Claro, man, lo que digas.— Un difamador profesional,
es lo que es. Alguien que nació para distraerme de esta realidad virtual creada
a través de melodías…
Pero estaba ella.
Ella y su cabello negro. Compondría poemas sino canciones,
que hablarían sobre cómo simulan ríos de un agua negra de alguna ciudad
estelar, donde la gente es esclava de robots… Aunque no llegaba aún. La
esperaba, la esperaba en esta catarsis que había creado para limpiarme de mis
demonios. Pero estos nunca se van, solo se esconden, murmullan. Generan dudas. Sobre
su sonrisa, clásica. Una solitaria sonrisa que comprometía a un desconocido y a
ella. Una sonrisa que creaba una amistad que trascendía lo humano en algún
lugar, una sonrisa que me llevaba a otro lugar. Lejo de deidades malévolas,
como Cthulhu. Lejos de la realidad cruel que deparó a Laika…
Ella que rondaba por lugares que nunca conoceré por no
parecer un acosador. Luz, que traía a mi vida oscuridad y demencia. Luz, era lo
que veía en los malditos antros a los que me atrajo. Fui a ella como una
polilla, sin embargo, ella siempre ha estado ahí, impasible a mí, una polilla. Soy
un Ícaro que solo espera a quemarse las alas y a descender en caída mortal.
Todo sería más cruel. Lo sabías. Todo tenía que desaparecer,
tú… tenías que desaparecer del Sputnik 2.
Morir antes de chocar.
Porque las ilusiones, al fin y al cabo, con un garage rock,
pop punk, alt. Rock, siempre terminan pasando y dejando un sabor agrio.
Mientras tu ataúd dio más vueltas de lo que tú pudiste
contemplar, mientras que tu féretro cósmico chocaba y te incineraba al chocar
con la tierra.
Te vi por última vez ese día,
Agitaste tu cola…
Parecías nerviosa.
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