¿Qué pasa cuando el barco de guerra más avanzado de Japón viaja accidentalmente al pasado, en medio de la 2da Guerra Mundial? Peor aún: ¿Qué pasa cuando, en su afán por volver a su tiempo, sus tripulantes deciden no intervenir en el curso de la historia, pero se ven cada vez más obligados a tomar acción?
 


Estas son las preguntas que dirigen el argumento de Zipang, un manga de Kaiji Kawaguchi (también con una versión en anime de 26 episodios), en una historia que va desligándose poco a poco de lo que conocemos sobre esta guerra y su desenlace.

Cabe señalar que el nombre "Zipang" ( ジパング, pronunciado "jipangu") viene de una de las antiguas denominaciones (Cipan) que se le daba a la isla que actualmente conocemos como Japón.

Los dejo con el opening ;)

Por Zack Z.

Nikola Tesla es sin duda uno de los inventores y científicos más reconocidos de la historia. Por ello ha tenido un sinnúmero de apariciones en la cultura popular, desde libros hasta juegos de vídeo.
En The Prestige (2006), conocida en español como "El gran truco", de Christopher Nolan, Tesla hace su aparición, interpretado por David Bowie, como el inventor de una máquina para teletransportar personas. Sin embargo, dicho invento guarda un oscuro secreto.


¿Viste The Prestige? ¿Qué te pareció? Si no la viste, te dejamos el tráiler ;)

El 5 de abril de 1992, hace 23 años, domingo, como hoy,  Alberto Fujimori, entonces Presidente del Perú, salió en todas la televisoras de señal abierta por la noche. ¿La razón? Indicaba el cierre de las dos cámaras del Congreso, el Poder Judicial y el Ministerio Público, amén de toda institución pública de poder del país. Nuestro editor general, Zack Zala,  ya ficcionó esto años atrás. Ahora me pasó la batuta (otra vez).

 

Repensando el ¿(auto)golpe? 

Era el último día del año y quería pasarla bien informado. Cómo se había visto su primer año y medio de Gobierno nacional e internacionalmente. La posibilidad de una nueva normativa que le permitiera reelegirse ya era un hecho consumado en su cabeza y en la de su asesor. Presidente del Perú por los próximos diez años… o más. Entretenido como estaba y con la mirada fija al monitor no vio entrar, de improviso, a un edecán. Alberto no despegó el rostro de la máquina y solo se escuchó un click y cómo el militar tragaba saliva. «Aquí… el informe…», atinó a decirle. Alberto hizo un movimiento rápido pero solemne, como practicado, con una mano y el hombre dejó el machote en el escritorio, encima de la ruma de periódicos. Apenas se fue aquel, Alberto comenzó a hojear los papeles de título pomposo “Plan de guerra contra el terrorismo”. Ya sabía su contenido íntegro y todas sus modificaciones. Esta era una formalidad más que él disfrutaba. Descolgó un teléfono. «Ya llegó, doctor, feliz año.» Esperó que su interlocutor conteste y colgó. Es una buena manera de empezar el año, pensó. Ya todos se habían ido de vacaciones por Navidad y Año Nuevo, incluso su asesor. Menos él. Él tenía que seguir trabajando y repensando en qué iba decir. Una fecha tentadora era marzo o comienzos de abril. Él plantearía algunas medidas más agresivas en cuanto a las reformas públicas o políticas antiterroristas, el Congreso no las aprobaría y sería el detonante. Entonces lo cerraría, al igual que al Poder Judicial, al Ministerio Público, gobiernos y parlamentos regionales y otros organismos gubernamentales. Reinaría la anomia y el poder lo tendría solo él. Luego llenaría cada institución con sus vasallos y gente de confianza. Él tendría plena libertad entonces. La palabra «autogolpe» rondó su cabeza entonces, claro, era toda una novedad para el país. Nunca nadie lo había hecho antes. ¿Que un presidente se haga un autogolpe? ¿Cerrar todo? ¿Disolver, pulverizar, aniquilar? Disolver. Recordó cuando su madre le había dicho en japonés «tú eres el elegido» y él lo sintió como una premonición… una donde él salvaría a su pueblo, a su raza y, sobretodo, a su familia… luego vendría la Universidad… Sonó el teléfono. Contestó de mala manera. Colgó rápido. ¿Que el nombre es simbólico, exuberante? ¿Lo había dicho entre bromas su asesor? No le importaba. Los primeros días de enero grabaría el spot piloto, usualmente los primeros son los que mejor salen, pensaba. Descolgó otra vez el teléfono y ahora sí habló largo rato.