En el Edificio Fantasma* hay un salón escondido. Sus paredes, piso y techo están completamente llenos de símbolos, pintados nadie sabe cuándo ni por quién. Al consultar con un especialista, nos dijo que se trataba de una máquina del tiempo mágica. El único inconveniente, añadió, era que no mandaba gente, solo la traía por un corto tiempo...
En este lugar construimos nuestro nuevo set de entrevistas, y la primera persona que trajimos fue...
— Hmmmm...— Musashi contempla meditativo el cuarto.— Soy el hijo de un demonio, así me he proclamado. Yo mismo soy un demonio, ¿es esto el infierno? ¡Tú!— dice, señalando al entrevistador.
— MUSASHI, T-TRANQUILÍZATE, N-NO..
— ¿No qué? ¿Por qué tienes miedo?
— ¿Eh? Pensé que te abalanzarías a mí con tu espada de madera o katana o lo que sea que tuvieras.
— ¿Por qué haría eso? No emites un aura asesina. Tu mirada es más como la de un gato asustadizo. ¡Oye!, ¿dónde estamos?
— Ah, bueno, digamos que estás unos… cuatrocientos años en el futuro, ¿me creerías?
— ¡Eso no tiene sentido! ¿Acaso eres un demonio tendiéndome una jugarreta?
— Mira esto…
— ¡Hay personitas en esa hoja brillante!—Musashi mira a través de la ventana— ¡Esos edificios son gigantescos! No hay muchos árboles por aquí…—Se fascina con las calles— ¿Qué son esas cajas coloridas que se mueven? Diría que son carruajes... ¡Eso! Carruajes mágicos.No pensé que el mundo de los espíritus fuera a ser tan extravagante…—Observa con la curiosidad de un niño, forzando al entrevistador a... ¡pasar a la fuerza!— ¡Oye! ¿por qué me pellizcas?
— Sientes, ¿no? Estás vivo, yo estoy vivo. No somos espíritus, ¿sí? Ahora… te quiero hacer algunas preguntas.
— Ah, ¿vas a juzgarme por mis acciones? Está bien, mi vida ha sido una repleta de sangre y violencia…
***
Mucho tiempo después, tras haberle explicado todo lo que había que explicarle a Musashi.
Creo que la mayoría de nosotros te conoce por ser un gran samurái y por tus épicas peleas, pero existe una faceta distinta del Musashi que conocemos, ¿verdad? Cuéntanos un poco qué haces en tus tiempos libres
¿Qué hago en mi tiempo libre? Hmmm... he vivido toda mi vida con el solo objetivo de volverme fuerte. ¿Pero qué es ser fuerte? No, yo no quiero volverme fuerte. Ese fue lo que dirigió mi vida por mucho tiempo, pero en la vida de un ronin hay mucho tiempo libre. Mucho tiempo en el que no se puede hacer más que pensar. Ser fuerte tiene un sentido totalmente diferente, abarca una miríada de atributos diferentes. Te podría decir, por ejemplo, que cuando maté a la primera persona que maté, muchos me habrían considerado fuerte, pero no era fuerte. Era tan solo un bárbaro.
¿Podrías ser un poco más específico?
Hmmm...¿Qué, que vaya al grano? No tengo aficiones, o no las considero tal. He tallado figurillas en algún momento y una que otra vez he usado un pincel para practicar caligrafía o pintar. Ignorando que era lo mismo que usar la espada, siendo mis manos. Tal vez precisamente porque era lo mismo que portar una espada lo hacía, ignorantemente. También oía la voz del pincel y de la hoja, así como cuando oyes la voz de la espada y fluyes, dentro de tu yo vacío, volviéndote el vacío y tus brazos.
¿Y qué es ese vacío del que hablas?
¡No lo sé! Es tan solo algo que logra describir lo que siento cuando la espada me guía, un vacío que se expande hacia fuera y dentro de mí. Es tan solo una sensación... o como habría dicho un viejo monje:
"Tratar de limitar las cosas con palabras que conoces te descarrila, ¿qué significa ser poderoso? Nada, solo siente lo que fluye a tu alrededor."
¿Eso forma parte de tu filosofía, verdad?
¿Mi filosofía? Tan solo soy. Escuchando cada una de las voces de la naturaleza, a la espada, tan solo sintiendo, el todo y siendo parte de él.
¿Cómo llega un guerrero a esas conclusiones?
¿Yo un guerrero? Nunca he estado realmente en una batalla, toda mi vida ha sido una riña tras otra. Incluso cuando formé partes de grandes batallas, buscando gloria, no era más que una gran riña, para mí.
Pero en tus inicios como espadachín participaste en la batalla de Sekigahara.
Era tan solo un niño, sobreviví por mera casualidad. ¿Quién dice que incluso eso no fue tan solo una gran riña para mí? No sabía nada de la guerra, tan solo quería pelear incluso ahora no sé nada sobre la guerra. En cuanto a ganar las peleas, es simple, ¿sabes? No tienes que oír a tu espada, no tienes que sentir todo lo que te rodea. Es tan solo mantener el espacio entre tú y tu enemigo, la distancia, el lugar en donde se realiza la riña. Controlar lo que está delante de ti. Mostrarle que eres más fuerte que él, ser intimidante, incluso si es una mentira. Lo que importa es eso, ese momento, el espacio entre tú y él.
De todas formas, es tan solo cuando sientes todo lo que está a tu alrededor, como dije.
¿Podrías explicar eso de alguna forma?
¡Es como el monje Takuan! Nunca he entendido bien qué quiere decir, pero si observas al agua, solo se obedece a sí misma. Su estado está perfectamente definido, incluso con influencias externas y aún así, el agua es simplemente agua. Libre, simplemente agua, tal como actúa Takuan. ¡Sonríe! Es algo que siempre me ha dicho, apenas hace poco he estado intentando volverlo un hábito. Tan solo empiezo a entender lo que siempre me ha querido decir.
En la actualidad, eres renombrado como el mejor espadachín de Japón, con mitos y leyendas en tu nombre.
¿En serio? Hmmm qué raro. Nunca pensé que mi nombre se haría famoso de tal forma... después de todo, lo único que he hecho es viajar intentando perfeccionar mis habilidades.
Mira, incluso han hecho figuras, dibujos y escrito novelas sobre ti.
Ajajá, ¿por qué harían eso por mí? Eso es ridículo, soy solo un espadachín entre muchos. He ganado muchas de mis peleas por mera suerte o superioridad física… Es una tontería, ¿las personas siguen siendo tan ilusas, dividiendo la línea entre algo que “no pueden ser” y lo que son, dejando de lado su orgullo?
¿Cuál fue tu primera pelea… o riña, como les dices?
Tendría unos trece o catorce años. Era un hombre mucho mayor que yo. Puso un aviso en el pueblo buscando duelos. Fui el único que se anotó, lo ataqué con el mismo aviso. Cayó al piso y simplemente le seguí golpeando, sorprendido por la fragilidad de la vida. Claro, antes de eso el tipo se rió al ver un niño. Era grande para mi edad, pero él era un adulto y no esperaba eso de un niño. Esa agresividad propia de una bestia.
¿Cómo se siente matar a una persona?
No te podría dar una respuesta certera. Nunca le di mucha importancia al hecho de que mataba alguien al ganar un duelo. Era una simple consecuencia, el viejo monje una vez me regañó por eso. Me dijo que qué me creía yo al decidir si morir en un duelo era o no honorable, qué me daba derecho a quitarles sus vidas, que era un egoísta. También que tenía un corazón pequeño, me llamó bestia, criticó mi forma de vivir… salvaje, que tenía cuando era tan solo un adolescente y me dijo que yo era el más débil en toda la aldea, por vivir al límite de todos, siempre listo para atacar. ¿No es muy diferente eso de ser un animal, cierto? Un animal con rabia, tratando de sobrevivir hiriendo todo lo que se pone en su camino. Ese monje burlón es más sabio de lo que parece, jajá.
En un futuro cercano, pelearás con quien es consagrado como tu más grande rival, Sasaki Kojiro.
He oído su nombre. Y sabía que en algún momento pelearía contra él, es emocionante. Hablan mucho de él, mi cuerpo tiembla tan solo pensarlo, me dice “de esta pelea no saldrás vivo, es peligroso, no pelees”, pero eso solo incremente mis ganas de pelear. De probarme a mí mismo.
¿Qué mensaje le darías a las juventudes de hoy?
Toda mi vida la he vivido en la intemperie. Al menos, la parte importante de ella, buscando perfeccionar mis habilidades. La mayor parte del camino, simplemente iba tropezón tras tropezón, creyendo erróneamente que mejoraba, creyendo que el fin del camino era que mi “yo” se volviera fuerte. El punto de todo, es entrenarse, volverse uno con la materia de interés. Dejar que te guíe lo que sea que te apasiona, ¿tal vez? Realmente no lo sé, es lo que he hecho siempre, de una forma u otra. Volverte uno con la tierra y los árboles y todo… Gah, estoy empezando a sonar como ese viejo monje.
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*Publicado originalmente en la revista Zona Fantasma en el año 2015. El texto publicado en este blog tiene ligeras diferencias.